martes, 8 de abril de 2014

Adiestrar ó Educar un perro

Porque no es lo mismo una cosa que otra...


En este artículo trataremos de mostrar las diferencias entre Adiestrar y Educar a un perro. Dos términos muy distintos y que muy frecuentemente se confunden entre los propietarios caninos.

En bastantes ocasiones, han solicitado mis servicios para adiestrar un perro. Siempre analizo de forma previa el caso particular de cada binomio (guía/perro) antes de comenzar a aplicar cualquier entrenamiento y/o terapia. Este análisis lo hago siendo un espectador en el domicilio y en la calle de la relación del perro con la familia, el resto de animales, y el entorno. En un porcentaje elevadísimo de estos casos llegué a la conclusión de que lo que el cliente necesitaba no era Adiestrar a su perro. Lo que necesita con urgencia es Educar a su perro.


Educar un perro consiste en mostrar al perro las normas de conducta necesarias para una correcta convivencia y relación con los seres humanos de su familia, y del entorno, así como con otros perros y animales con los que convive o se relaciona ocasionalmente.

Desde el mismo instante en que el perro llega a casa, y en la edad que llegue, debe iniciarse el proceso de educación del mismo de forma constante. Esta debería ser iniciada por los propietarios y guías del animal. Lo que ocurre es que para poder hacer eso con éxito hay que tener conocimientos generales sobre el mundo canino.

Es imprescindible, por ejemplo, saber que la comunicación del perro es no verbal. Ésta se realiza con gestos, actitudes, posturas. Del mismo modo, ese lenguaje será el que el perro entienda mucho más rápidamente de nosotros. Es decir, entenderá mucho más fácilmente lo que hacemos que lo que decimos, aunque posteriormente y por su capacidad de aprendizaje asociativo el perro unirá ambos conceptos 

Adiestrar, por su parte, es enseñar determinados ejercicios específicos mediante entrenamiento. Estos ejercicios facilitarán el proceso de educación de un perro. Es decir, el adiestramiento canino puede considerarse como una  herramienta que puede ser utilizada durante el proceso de educar un perro. Aunque se trate de una herramienta muy válida y útil, es opcional, nunca imprescindible. Podemos tener un perro adiestrado para el rastro de forma excelente, y eso no conlleva necesariamente a que el perro tenga un comportamiento ejemplar en casa y relaciones positivas con el entorno.

Lo primero que debemos aprender y llevar a cabo es la forma adecuada de educar a nuestro perro para posteriormente usar, si así lo deseamos, el adiestramiento canino durante el proceso educativo. De todos modos, y siendo repetitivos, si a un perro no lo educamos correctamente jamás conseguiremos  obtener un buen comportamiento basado únicamente en el adiestramiento canino.

Modificar conductas y comportamientos no deseados, como la agresividad, desobediencia, excesiva dominancia, destructividad, etc., basándose exclusivamente en el adiestramiento canino no tendrá muchas posibilidades de éxito.

Si tenemos un perro con mala conducta, que no obedece, empieza a trazar las pautas correctas para su educación canina. Si recurres a un educador canino, trata por todos medios de que las terapias y entrenamientos sean en casa, contigo, y con una educación tuya en ese campo que te permita mantener posteriormente la educación y comportamiento de tu perro. Si la educación se hace fuera del entorno del perro, por una persona extraña, seguro que el profesional conseguirá educar al perro, pero este sólo sentirá el control de su comportamiento en su presencia. Control que se perderá paulatinamente en su regreso a casa, y con él la vuelta al mal comportamiento.

Así que comencemos educando un perro desde el primer día y luego, si queremos, podremos empezar el proceso de adiestramiento.


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