martes, 19 de agosto de 2014

El tacto en los perros

Tócame, pero haz que me sienta bien


Ponemos punto y final al recorrido que hemos hecho por los sentidos caninos, dedicando el último post al, quizás, menos conocido de ellos, el tacto.

Todos/as coincidiremos en que a un perro, generalmente, le gusta las muestras de afecto a través del contacto, de las caricias. De todos modos, también es importante conocer las zonas preferidas de su anatomía para dar esas caricias. ¿Sabías que, por ejemplo, una de las zonas donde más caricias recibe un perro (su cabeza) es una de las que menos le agrada que le toquen?. En el esquema siguiente vienen expuestas, mediante colores, las zonas más y menos receptivas de recibir caricias y/o masajes.


El primer contacto físico lo recibe al nacer a través de su madre, la cual busca su temprana estimulación lamiéndolo y tocándolo con su nariz.

Poseen pelos muy sensoriales alrededor de sus ojos, de su mejilla, sus labios y bajo la mandíbula. Son los vibrissae (bigotes), y los utiliza como una especie de rádar para identificar distintos objetos que encuentra a su paso u orientarse en la oscuridad. Algunas razas sólo tienen presente estos radares en labios y ojos. El resto de su cuerpo está cubierto por nervios muy sensibles, siendo los más acentuados los que recorrer su columna vertebral hasta su cola. Muchas veces habremos visto a nuestro perro revolcándose y rodando por el césped boca arriba. La presencia de estos nervios descritos anteriormente es el motivo.

No es, ni mucho menos, uno de los sentidos más desarrollados del perro. Hay razas más sensibles que otros a este sentido dependiendo de su pelaje, largo o corto. Este sentido queda limitado a la sensibilidad de sus células cutáneas, que no son muy desarrolladas, y de su pelo. Las raíces y las cavidades de su pelo están conectadas a sus extensiones nerviosas.

Las partes de su cuerpo más delicadas son los labios y la lengua. Eso justifica a por qué usan su boca para reconocer y recopilar información de cada objeto que encuentran.

Hemos dicho que no es uno de sus sentidos más desarrollados pero, sin embargo, es muy importante para ellos y su sociabilización con el entorno.

A través de su piel percibirá sensaciones como el dolor, el calor y el frío, que en forma de señales viajarán por su sistema nervioso hasta el cerebro. De forma individual, independientemente de la raza, un perro podrá percibir una sensación como agradable o no. Hay perros que son casi insensibles y otros que son extremadamente sensibles y reactivos a cualquier estímulo.

Por regla general serán más sensibles a las altas temperaturas que a las bajas, ya que no pueden transpirar. Carecen de glándulas sudoríparas, por lo que no pueden utilizar el sudor para eliminar el calor.


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