jueves, 11 de septiembre de 2014

La alimentación del perro

Aprende a beneficiar su salud

Hoy vamos a dedicar el post a uno de los temas que más debate pueden crear en el mundo del perro, su alimentación. Opiniones de todo tipo se vierten, incluso por especialistas, en lo relativo al recurso primario canino por excelencia. En este artículo no queremos exponer recomendaciones sobre marcas y/o naturalezas de la alimentación de tu compañero/a. Tan sólo queremos exponer nuestros conocimientos en el recurso alimenticio del perro, basado todo ello en nuestras propias experiencias.
Resulta una obviedad indicar que, independientemente de marcas y dietas naturales concretas, todo perro debe recibir una alimentación de calidad y sujeta a determinadas particularidades del individuo (edad, tamaño, actividad física, actividad emocional, etc.). No debemos confundir el término calidad con cantidad, puesto que esta ha de ser también una determinada.
En la actualidad existe un mercado amplísimo para la alimentación del perro, tanto de piensos como de dietas naturales, por lo que es recomendable que con la ayuda de un especialista en la materia de tu confianza definas el proceso alimenticio de tu perro/a desde el inicio. Lejos quedan ya los tiempos donde los perros eran los destinatarios de toda sobra de comida humana. Es muy importante desterrar ya cualquier hábito parecido porque si bien el perro comerá casi cualquier cosa que le demos, no es menos cierto que debido al desconocimiento podamos estar poniendo en riesgo la salud del animal.
Tampoco es recomendable basar su alimentación, únicamente, en carne y huesos porque el perro, aun teniendo el aparato digestivo de un carnívoro, necesitan otro tipo de nutrientes en su dieta que no serán aportados por ellos.
Lo que sí deberíamos de considerar es que siempre des de comer a tu perro a la misma hora, independientemente del número de tomas que tenga en el día. De este modo será mucho más fácil controlar sus necesidades fisiológicas además de, aunque parezca mentira, ayudarte a tener un perro más equilibrado emocionalmente por el uso de esta rutina junto a otras, tal y como hablábamos en este post. Por lo tanto debemos dejar de lado una costumbre muy extendida de tener su plato de comida siempre lleno para que él/ella coma a su antojo y cuando quiera. Agua fresca y limpia siempre, pero no comida. Su digestión completa lleva mucho más tiempo que la humana por lo que debemos evitar que el aparato digestivo del perro esté siempre en funcionamiento. También evitaremos que el perro comience a construir una conducta de posesión con su comida que puede derivar, en ocasiones, en una agresividad concreta. Por lo tanto nuestra recomendación es ponerle su ración de comida a la hora indicada y quitarla si en el plazo de unos minutos no ha acabado con ella, no volviendo a darle más comida, en la cantidad de siempre, hasta la siguiente hora de toma. Que no te invada un sentimiento de culpa o pena porque el perro esté hambriento, porque no te ayudará a ayudarle. Pronto el perro aceptará la rutina propuesta y todo será más fácil para ti y sano para él.
Si optas por la comida de piensos comerciales, debes de considerar que las raciones propuestas en los sacos son medidas generales y estándares. Cada perro es un mundo, con su metabolismo propio, con su grado propio de actividad, etc., por lo que la ración adecuada para uno no tiene que ser la de otro, aunque sea la misma raza, tamaño y edad.
Debes de ser consciente de que la edad también será un factor muy considerable en este proceso. Por ello tanto la cantidad, como el tipo de comida, como el número de tomas dependerán en gran parte por la edad de tu perro/a.
Hemos mencionado en el párrafo anterior el número de tomas. Como en casi todo hay distintas opiniones, pero casi todas coinciden en dar la dosis diaria repartida en 3 tomas cuando se es un cachorro, y cambiar a dos a partir del año de edad. También hay personas que, por el grado de actividad concreto del perro, pasan posteriormente a una sola toma diaria. En el caso de dar de comer al perro sólo una vez al día debes de tener más cuidado para evitar una posible torsión gástrica del animal. En este artículo estuvimos hablando sobre ella.
Evita dar de comer a otras horas que las propuestas inicialmente por ti, porque sólo conseguirás que el perro esté siempre demandando comida. Borra de tu cabeza la expresión “es que me mira con una cara...” porque la mayoría de las veces la expresividad de esa cara no está en ella y sí en tu cabeza.
Cuando realices algún cambio en la alimentación de tu perro/a, ya sea de un pienso de cachorro a uno de adulto, de una marca concreta a otra, de una dieta natural a otra, etc., es recomendable que lo hagas de forma gradual durante unos días, mezclando la comida saliente con la entrante. El estómago del perro suele ser delicado para cambios bruscos y agradecerá que cualquier cambio en la base de su alimentación se haga poco a poco.
Ten mucho cuidado al darle huesos para roer ocasionalmente. Trata que estos sean grandes, como la rodilla de ternera, y que no estén cocinados. Los huesos pequeños y/o cocinados son más fáciles que se astillen o se puedan tragar enteros, lo que puede suponer problemas de salud.
También debes de tener muy presente qué alimentos debes evitar darle a tu perro. Aunque hay listas circulando por internet, habla con tu veterinario para que te indique los mismos.
Y ten siempre presente que todo esto sólo lo haces por su bien, por lo que consideramos que realmente merecerá la pena.

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