lunes, 28 de abril de 2014

¿Agresividad Canina = Dominancia?

"Dominemos" antes algunos conceptos

Hoy en día, donde números programas de televisión ha creado a simples espectadores en supuestos etólogos, adiestradores y/o educadores caninos, los términos repetidos hasta la saciedad en los mismos se han instalado en cualquier conversación cotidiana entre propietarios caninos. Y lo peor de todo es que a veces, incluso las técnicas y las acciones que se realizan con los perros del show se imitan en cualquier sitio y momento.
Hoy queremos hablar de dos de esos vocablos, la agresividad y la dominancia.
Agresividad canina y dominancia - Urancán
Aunque últimamente hay determinados focos del sector canino que niegan la existencia de dominancia perros, nosotros (basándonos en nuestras experiencias y contactos con numerosos perros de todas las edades) seguimos pensando que ha existido, existe y existirá, como en cualquier animal que nace y se relaciona en manada. No obstante, sí que conviene matizar un poco más su significado y su existencia en el mundo canino.
La dominancia, como tal, no creemos que deba considerarse como una característica intrínseca a un determinado individuo, en este caso perro, como puedan ser otras, genéticas o desarrolladas. Sí que podemos hablar de perros con tendencia (predisposición) a tener una actitud dominante en el entorno que le rodea. Pero esto se relativiza mucho porque toda relación dependerá de más de un individuo. Y en cada una de estas puede aparecer un nuevo invitado que asuma ese papel. Por ejemplo, un perro con un comportamiento dominante sobre otro que convive con él, puede actuar de modo sumiso cuando juega en un parque con otro distinto que actúa como tal.
Agresividad canina y dominancia - UrancánEs muy frecuente hablar de dominancia ante cualquier episodio de agresividad en un perro, y en un porcentaje elevadísimo se está haciendo de forma equivocada. Dominancia no es sinónimo de agresividad, y viceversa.
Por regla general, el perro dominante de un determinado grupo es un perro tranquilo, observador y seguro, que no hace uso de la agresividad de forma arbitraria. Suele aparecer cuando él interpreta la acción de un individuo (perro y/o persona) un desafío a su rango.
Un gran porcentaje de casos de agresividad canina, no son más que la causa de una inexistente o defectuosa sociabilización de los mismos. La sociabilización de un perro, cuando es cachorro, es un proceso básico para el posterior desarrollo del mismo. Un perro con ese déficit desconoce cómo debe relacionarse y comportarse, con otros perros, con las personas, en su medio o entorno. La carencia de una correcta sociabilización en el perro, en un porcentaje altísimo, desarrolla inseguridad en el mismo. Es esa inseguridad la que muchas veces desemboca en sucesos de agresividad canina.
La agresión canina es consecuencia de múltiples posibles factores, y deriva en una conducta amenazante y peligrosa del animal a algún/os otro/s miembro/s de su entorno.
La agresividad, derivada por el factor que sea, es una conducta que debe tratarse por personal cualificado. Aunque sea un comportamiento usual entre los miembros de una manada para regular vínculos, significa un grave problema para la convivencia del perro con las personas y su relación con el entorno.
En una primera clasificación, podemos enumerar dos tipos de agresividad en el perro. La Agresividad con causa física, que es aquella que es ocasionada por dolor o enfermedad, y la Agresividad sin causa física, que es toda aquella donde no hay un motivo físico, mencionados anteriormente. Entre estas últimas, se puede realizar una nueva clasificación según su origen.
Agresividad por Dominancia: Aparece cuando el perro dominante de un grupo siente el desafío de otro miembro a su posición y control. Diversas situaciones, con otros perros y con personas, pueden transmitir al perro ese desafío y ocasionar una reacción agresiva en este.
Agresividad por Miedo: Es la respuesta a un estímulo amenazante para el perro. Aunque la amenaza no sea real e intencionada, el perro sí que la considera como tal. Si ante esta el perro no consigue canalizar su miedo y evitar el estímulo, se puede desarrollar una respuesta agresiva sobre el portador de la amenaza. El miedo puede ser genético o desarrollado. Las razones de un desarrollo del miedo podrían ser el aprendizaje de respuestas de una madre miedosa, la nula o incorrecta socibilización, o la respuesta a injustos castigos.
Agresividad por Territorialidad: Este tipo de agresividad aparece ante la presencia de una persona o animal, que no es miembro de su manada, en su territorio. También es común observarla cuando alguien ajeno se acerca a algún miembro de su familia.
Se podrían enumerar alguna otra causa más, pero porcentualmente estamos ante los mayores motivos de agresividad canina.
Por el amplio abanico de orígenes de una agresión, hablar de un método o terapia tipo para acabar la agresividad en los perros es imposible. Se debe realizar un exhaustivo análisis por medio de especialistas, como ya mencionamos con anterioridad, para descubrir las causas de todo comportamiento agresivo. Una vez seguros de haber dado con la misma, aplicar la terapia específica y personalizada para cada perro.
Estos especialistas, debido a la primera clasificación de causas de las agresiones (físicas y no físicas), serán los veterinarios y educadores/etólogos caninos.
Pero debes tener claro algo muy importante. Toda agresividad puede corregirse.

miércoles, 23 de abril de 2014

El cerebro de nuestro perro. ¿Cómo funciona?

Hoy os traemos, de forma íntegra, un artículo muy interesante publicado en el diario Clarín (www.clarin.com). En él se publican las conclusiones de estudios neurocientíficos sobre el funcionamiento del cerebro en los perros.
Esperamos que os guste.
¿Se pondrá triste cuando lo dejo solo? ¿Me extrañará? ¿En qué estará pensando? ¿Soñará? ¿Por qué estará enojado? Quién, alguna vez, no se hizo estas preguntas, mientras miraba a su perro con los ojos perdidos o cuando, completamente dormido, movía su cola y una de sus patas.
El cerebro de los perros - UrancánCada vez más estudios neurocientíficos nos alejan de esas dudas y reconocen la conciencia de los mamíferos y los pájaros. Según el neurocientífico canadiense Philipe Low, “todos los mamíferos, todas las aves y muchas otras criaturas como el pulpo, cuentan con las estructuras nerviosas que producen la conciencia. Esto significa que estos animales sufren”.
Junto a colegas de todo el mundo, Low firmó un manifiesto en el que se afirma que todos los mamíferos tienen conciencia. Entre los firmantes está el famoso físico Stephen Hawking, quien desde hace cuarenta años está completamente paralizado por una enfermedad degenerativa.
El médico veterinario Rubén Mentzel, especializado en comportamiento animal, afirma que “el cerebro de los perros funciona muy parecido al nuestro. La diferencia está, desde el punto de vista estructural, en una corteza cerebral con menos capas celulares y circunvoluciones. Y desde el punto de vista funcional, en un menor grado de procesamiento de la información. Si nos referimos a la capacidad de aprender, ellos son inteligentes. Si hablamos de procesar información previa para resolver nuevos problemas, también pueden. Pero, obviamente, menos que el ser humano”. 
Lamentablemente, son muchos aún los que consideran a los perros como seres a los que sólo les basta recibir algo de comer y tener unos trapitos para dormir. Ni se les ocurre pensar que esos seres con mirada expresiva puedan recordar y extrañar.
“Los perros piensan y recuerdan -dice el doctor Ricardo Bruno, especialista en comportamiento animal-. Pero no se sabe a ciencia cierta si tienen la capacidad de pensar en abstracto sobre hechos a los que nunca estuvieron expuestos. O sea, no se sabe si tienen la capacidad de imaginar, o si solamente pueden recordar situaciones vividas y relacionarlas. Pero, por supuesto, si un perro vivió tres años con una familia y lo dan a otra, recordará a sus antiguos dueños. Y principalmente si vivió con ellos cuando era cachorro. También hay estudios que indican que los perros pueden reconocer la fonética de mucho más que 160 palabras”.
En su libro “De perros que saben que sus amos están camino a casa”, Rupert Sheldrake explica cómo los perros saben cuándo sus amos están de regreso al hogar o por qué los gatos se lanzan al teléfono cuando el que llama es uno de sus dueños.
“Los perros viven en un mundo que nosotros los humanos no vivimos -explica  Bruno- Hay un mundo de olores y sonidos que nosotros no podemos reconocer y ellos sí. Esta es la razón por la que algunos perros pueden saber que los propietarios están llegando. También son animales que aprenden por asociación de eventos (condicionamiento), por lo que puede haber muchas señales a las que los humanos no prestamos atención y ellos sí”.
Para Mentzel, otro de los motivos de esa cualidad canina puede ser la manera que tienen de manejar el tiempo: “Además de tener un espectro olfatorio y auditivo mucho más amplio que el nuestro, tienen una capacidad de pautar el tiempo que todavía no sabemos cómo funciona. Con respecto a si distinguen los colores, sí que lo hacen pero menos que nosotros y de una manera menos intensa. Principalmente ven el azul, verde y rojo.”
Es común ver a los perros pararse frente al espejo y mirar fijo ¿se ven, se reconocen? “No se reconocen como ellos mismos -dice Bruno-, sino que reconocen a un individuo de su especie, a otro perro. Es por eso que muchos perros al verse en un espejo empiezan a ladrarle como si fuera otro. Hay muchos estudios que muestran que hasta los peces luchan contra la imagen en un espejo. Los perros también sueñan; según estudios científicos, ellos presentan los mismos ritmos y patrones de sueño que los humanos. Lo que no puede saberse es qué sueñan, si lo hacen sobre situaciones ya vividas o hechos reales”.
Aún falta saber mucho sobre el cerebro de nuestros amigos, los perros y los gatos, pero de algo estamos seguros: cuanto más sabemos de ellos, más cerca están de nosotros.
Desde luego, nos queda aún un mundo por descubrir pero, seguro que merece la pena
Twitter: https://twitter.com/urancansevilla

lunes, 21 de abril de 2014

La comunicación de los perros IV

Traductor Humano/Perro – Perro/Humano (Continuación)


Si importante es conocer los gestos del perro y su interpretación, para acercarnos a saber en todo momento qué quieren decirnos, igual de importante es saber qué pueden entender nuestros perros con los nuestros, qué interpretan y qué sienten durante nuestra interacción con él.

Comunicación con Perros - UrancánEn este caso no hablaremos de la capacidad de los perros por entender y memorizar comandos verbales humanos, capacidad más que probada. Nos centraremos en el lenguaje no verbal de nuestro cuerpo. Quizás sorprenda cómo algunos gestos muy comunes en nosotros pueden tener un significado o interpretación en nuestro perro que nunca pasaría por nuestra imaginación. Por eso se considera indispensable saber cómo entienden nuestros perros, cómo nos ven, cómo interpretan nuestros gestos.

Nuestros perros están siempre observándonos, aprendiendo nuestros gestos, memorizando nuestro lenguaje no verbal. Ello explica en gran parte por qué pueden predecir distintas situaciones, por su memoria asociativa.

Estos son algunos de los mensajes más comunes que enviamos a nuestros perros:

Retirada de la mirada y la mano a la vez: El perro interpreta que hemos decidido no acariciarlo más, no interaccionar más con él.

Mirada fija: Será considerada como una amenaza. Si el perro desvía la suya será una señal de sumisión.

Acariciar la cabeza: No suele ser algo que les guste especialmente, pero se acostumbran porque casi todo propietario lo hace. Sin embargo sí que se debería evitar acariciar en la cabeza a perros desconocidos.

Bostezo: Interpretará que estamos estresados, tensos, y necesitamos espacio, por lo que puede alejarse de ti.

Abrazar: Aunque a veces parezca inevitable el deseo de abrazar a nuestro perro, es recomendable saber qué interpreta el perro con eso, y si está cómodo en esa situación. Si detectas que no lo está, no fuerces la situación, condiciónalo poco a poco. El perro que no está cómodo de ese modo puede pensar que está siendo atrapado o sometido y puede actuar en consecuencia.

Gritar: No hace falta gritarle a un perro, siempre debes moderar tus impulsos y mantener la calma. No conseguiremos nada positivo con ello y sí, por el contrario, podemos obtener algo negativo como atenuar la inseguridad de un perro que así sea.

Amenazar con objetos: Casi todos habremos oído alguna vez el famoso “Enséñale un periódico enrollado y golpea en el suelo con él”. Ocurre lo mismo, independientemente del objeto que cojamos que en el caso anterior, el de gritar a tu perro, por lo que evita ese tipo de amenazas siempre.

Consejo final

Aunque aquí hemos hablado de una comunicación generalizada de los perros, cada uno de ellos puede tener sus propias particularidades en este sentido.

No dejes de observar y analizar a tu perro, de conocerle y de aprender cómo se comunica, con nosotros y su entorno. Todo será mucho más fácil para ambos si se alcanza ese grado de complicidad.


martes, 15 de abril de 2014

La comunicación de los perros III

Traductor Humano/Perro – Perro/Humano (Continuación)


La comunicación con los perros. Urancán Sevilla
Continuamos con nuestro particular traductor perro / humano, con la tercera entrega del mismo, para seguir conociendo qué comunican los perros en cada momento.

Ahora nos centraremos en el rostro del perro. Aunque no son muy comunes, también el perro tiene expresiones faciales, y también una correcta interpretación de las mismas es importantísima para el completo conocimiento de su comunicación.

Bostezo: Bostezar puede tener más de un significado, al igual que el bostezo humano. Por ello es importante conocer en qué situación se produce. Al igual que en el humano, el bostezo puede contagiarse en el perro. Suelen expresar tensión, confusión, amenaza y estrés. Muy frecuentemente, un perro que bosteza cuando estamos interactuando con él está pidiendo que nos relajemos.

Boca hacia detrás: Cerrada o levemente abierta, el perro está comunicando estrés, miedo o dolor. Si por el contrario está abierta es un síntoma de sumisión.

Lamida de labios: Si el perro lo combina con un bostezo, indica un estrés, tensión o amenaza más acusada.

Enseñar los dientes: Si muestra los dientes y el hocico no está arrugado es una señal de dominio y posesión. Si el hocico está arrugado, belfos hacia arriba y gruñe indica agresión y preparación para la batalla. Las posibilidades de que muerda, en este último caso, son muy elevadas.

Si hemos dicho que es importante observar a nuestro perro, también es importante oírle. Ladridos, aullidos, gemidos y gruñidos también tienen un alto grado comunicativo, y existen varias modalidades de todos ellos.

Comenzaremos con los ladridos

Ladrido fuerte, agudo y continuo: Indican agresividad y territorialidad.

Ladrido corto y frecuente: Señal de alerta ante un peligro potencial

Ladrido corto y estridente: No es más que un modo de saludar.

Ladrido de tono alto: Actitud juguetona del perro.

Ladrido de tono alto, muy agudo: Es una señal de dolor de tu perro.

Ladrido de tono bajo, sólo o muy espaciado: Señal de advertencia, una invitación para que retrocedas.

También los gruñidos tienen un amplio abanico de interpretaciones y significados. Y son muy distantes entre ellos. Podemos tener desde el gruñido que aparece durante el juego, hasta el gruñido amenazante.

Gruñido de tono bajo, seguro: Dominancia, agresividad. No debes acercarte.

Gruñido que finaliza en ladrido corto: Se siente amenazado y responde ante esta. También debes extremar tu precaución en ese instante.

Gruñido de tono bajo, casi murmullo: Alegría. Muy común oírlo durante las fases de juego.

Gruñido “woof” (onomatopeya): Ansiedad y dudas.

Hablaremos ahora de los aullidos:

Aullido largo y mantenido: Ansiedad, muy común en la separación.

Aullido corto, con tono alto: Felicidad o excitación.

Aullido tipo sirena: Respuesta a otro aullido o algún ruido, constante.

Diferenciamos ahora los tipos de gemidos:

Cortos, con pequeños ladridos: Ansiedad y curiosidad.

Gemidos cortos: Ansiedad y/o miedo.

Gemido con tono bajo: Ansioso y/o sumiso.

Gemido continuo con tono agudo: Ansiedad extrema y/o dolor.

Continuará…


lunes, 14 de abril de 2014

La comunicación de los perros II

Traductor Humano/Perro – Perro/Humano (Continuación)
La comunicación con perros - Urancán

Hoy traemos la 2ª entrega del “diccionario” canino, para que sigamos conociendo qué nos expresa el perro en determinadas situaciones, y con su cuerpo, con determinados gestos, y posturas.

Si hemos hablado anteriormente de observar al perro para conocer qué nos comunica, un apartado especial debería de ocupar una parte del cuerpo que la sociedad cree dominar en cuanto a las señales que emite, normalmente felicidad y amistad. Ahora veremos cómo esa parte del cuerpo del perro, puede ofrecer más información de la que usualmente se piensa. Hablamos de su cola

Cola vertical: Confianza y afirmación en determinadas situaciones. También dominancia y posición líder cuando es cerca a otros perros.

Cola Neutra: Relajación, Seguridad, amistoso

Cola baja o entre las patas: Miedo, inseguridad, ansiedad, demanda de protección. Incluso en esta posición puede mover su cola, lo que conlleva al error interpretativo de que el perro es feliz. El leve movimiento de la cola, estando baja, también puede significar malestar o tristeza

Cola arriba con movimiento intenso: Perro a punto de hacer una trastada. También puede significar que está echando ó espantando a otro animal.

Movimiento leve: Relajación pero con disposición a iniciar una etapa de juego.

Movimiento lento, con cola relativamente baja: Curiosidad, Confusión con algo (no amenazante) o Investigación de esto.

Cola alta con leve agitación: Posición dominante ante un reto.

Cola baja y rápido movimiento: Sumisión.

Ahora hablaremos de otro de los miembros más comunicativos y expresivos de nuestros perros, las orejas.

Erguidas hacia adelante ó hacia arriba: Posición recopilatoria de sonidos. Atención plena, máxima concentración, curiosidad.

Orejas atrás, contra la cabeza: Miedo o amenaza hacia él.

Orejas atrás pero sin tocar la cabeza: Duda, infelicidad o ansiedad.

Orejas hacia delante: Agresividad.

Se dice, con acierto, que el ojo humano es muy expresivo de sensaciones y estados anímicos. El perro no se queda atrás de esa capacidad comunicativa.

Ojos muy abiertos: Alerta y preparado para la acción.

Mirada fija: Actitud desafiante y dominante.

Apartar o evitar la mirada: Cortesía, respeto, sumisión.

Guiño o parpadeo: Actitud traviesa, juguetona.

Ojos levemente cerrados: Agresividad, próximo al ataque. En ocasiones va acompañado de mirada fija.

Continuará…


miércoles, 9 de abril de 2014

La comunicación de los perros I

Traductor Humano/Perro – Perro/Humano

Debería ser imprescindible, a la hora de tener un perro, conocer su lenguaje, su forma y métodos de comunicación. De ese modo sabremos qué nos dice, qué nos reclama. Los perros emiten ciertas vocalizaciones y realizan determinados gestos, con rostro y cuerpo, para comunicarse y expresarse, al igual que hacemos los humanos. Y aunque algunos de estos puedan resultarnos muy familiares y similares a los nuestros, su significado puede ser muy distinto. En este artículo, expondremos determinados mensajes del perro, para que te sea más fácil interpretar los mismos y poder comunicarte de un modo efectivo con ellos.

Te recomiendo que, si no lo hiciste antes, observes fijamente a tu perro durante algún tiempo, que repitas esta acción cuantas veces te sea posible para poder captar y aprender esos gestos y movimientos que el perro realiza normalmente y que antes de observarlos con detenimiento pasaban casi desapercibidos. Te ayudará a comprender tu perro, a entenderle, a darle sentido a muchas de sus acciones.

Aprender a comunicarte con tu perro, a entender sus mensajes, te ayudará a actuar ante cualquier problema que exprese en su fase inicial, antes de que esté en un estado más avanzado y por lo tanto sea más difícil actuar para solucionarlo.

Recuerda que este proceso de aprendizaje transcurre en dos direcciones. Los perros tienen que aprender nuestras señales de comportamiento también, nuestros gestos, voz y posturas.
Debes empezar a valorar lo que significa el contacto visual con el perro. A ti es muy posible que te incomode cuando sientes que alguien te mira de forma fija. Del mismo modo, el perro puede interpretar el contacto visual directo como un desafío o amenaza. El perro que, ante una mirada fija, desvía la suya está mostrando una sumisión o evitación de la confrontación.

Comencemos a observar detenidamente las posturas de nuestro perro. Saber leer e interpretar éstas pueden sernos de gran utilidad para conocer su estado anímico y emocional. Entre estas posturas, podemos nombrar las siguientes:

Perro confiado y seguro: Mantendrá su cuerpo erguido, la cola con tendencia hacia arriba y posiblemente con leve balanceo. Sus orejas, igualmente, pueden estar hacia arriba o parcialmente relajadas, y su aspecto transmitirá relajación. También las pupilas en estos casos serán más pequeñas, debido a su estado de relajación.

Reverencia: Si el perro se coloca frente a ti, con la cabeza y el pecho muy cercanos al suelo, sus patas delanteras extendidas hacia delante y al exterior, y con el trasero y la cola ligeramente levantados nos está dando una invitación al juego. Nunca hay que confundir esta postura como un signo de amenaza, agresión o ataque.

Balanceo de la cadera: Estamos ante otra modalidad de invitación al juego. Éstos, normalmente, es una acción muy común en la relación entre perros. Uno de ellos, balanceándose alrededor de otro, logra tirarlo con su parte trasera. Aquí podemos hablar del significado de la parte trasera para los perros. Es la presentación correcta entre perros, porque mostrándola significa una indicación de confianza y sociabilidad. Su balanceo es un signo amistoso.

Boca arriba: Cuando el perro nos muestra y expone su vientre es un gesto de sumisión y respeto a nuestra autoridad. Si masajeamos el vientre en ese instante, estamos confirmando positivamente esa acción, es un refuerzo excelente. En otras ocasiones puede ser un intento de terminar con algo que pueda suponer una amenaza para él, una resistencia indirecta.

Caminar en círculos: Puede significar emoción, nerviosismo o aburrimiento.

Pelo erizado: El perro recurre a esta técnica cuando trata de que le vean mayor de lo que es ante una amenaza. Se localiza entre el final del cuello y la mitad de su espalda. No significa, obligatoriamente, una actitud agresiva pero sí que es una alerta máxima. Conviene tener precaución cuando estemos ante un perro erizado, porque su miedo puede hacerle morder.

Agacharse y/o encogerse: El perro puede encogerse o agacharse, demostrando de ese modo inseguridad y/o miedo. Agacharse levemente puede significar sumisión o nerviosismo.

Perro “congelado” durante una acción: Un perro que está realizando una acción y de repente se queda inmóvil, como si se congelase, significa que algo ha creado inseguridad en él, posiblemente la presencia de alguien o algo, y no se encuentra cómodo con ella. También es común esa postura cuando está cerca de atacar.

Inclinado hacia delante y tenso: El perro está en fase agresiva o se siente amenazado. Es una respuesta a lo que el perro siente como amenaza o desafío. La cola suele estar abajo y con movimientos muy rápidos. Es uno de los ejemplos que no siempre una cola que se mueve significa que el perro está en actitud amistosa.

Levantar la pata: Puede ser un indicativo de dudas en tu perro. Cierta desconfianza ante la que necesita más información. Puede ir acompañada con su cabeza inclinada a un lado, tratando captar más información por sus oídos.

Retroceso ante persona, animal u objeto: Es un mensaje exactamente igual que el anterior, de incertidumbre. También puede ir acompañado de la inclinación en su cabeza por el mismo motivo descrito antes.

Montar a persona, animal u objeto: Esta actitud puede tener dos interpretaciones. Podemos estar ante un perro que tiene estrés emocional, con poca confianza en sí mismo. También, y es lo que casi todos los propietarios piensan cuando sucede, puede ser una señal de dominancia, de intento de proclamarse el líder de su manada.

Tocar la pierna de una persona con la pata: Es un gesto pacificador y también una llamada de atención al humano para solicitarle algo.

Cabeza, mentón o pata sobre otro perro: Dominancia sobre el mismo,

Sacudida de cabeza y hombros: El perro informar del final de cualquier actividad, ya sea en descanso, el juego, etc., o de un nivel de tensión y/o estrés.

Continuará…


martes, 8 de abril de 2014

Adiestrar ó Educar un perro

Porque no es lo mismo una cosa que otra...


En este artículo trataremos de mostrar las diferencias entre Adiestrar y Educar a un perro. Dos términos muy distintos y que muy frecuentemente se confunden entre los propietarios caninos.

En bastantes ocasiones, han solicitado mis servicios para adiestrar un perro. Siempre analizo de forma previa el caso particular de cada binomio (guía/perro) antes de comenzar a aplicar cualquier entrenamiento y/o terapia. Este análisis lo hago siendo un espectador en el domicilio y en la calle de la relación del perro con la familia, el resto de animales, y el entorno. En un porcentaje elevadísimo de estos casos llegué a la conclusión de que lo que el cliente necesitaba no era Adiestrar a su perro. Lo que necesita con urgencia es Educar a su perro.


Educar un perro consiste en mostrar al perro las normas de conducta necesarias para una correcta convivencia y relación con los seres humanos de su familia, y del entorno, así como con otros perros y animales con los que convive o se relaciona ocasionalmente.

Desde el mismo instante en que el perro llega a casa, y en la edad que llegue, debe iniciarse el proceso de educación del mismo de forma constante. Esta debería ser iniciada por los propietarios y guías del animal. Lo que ocurre es que para poder hacer eso con éxito hay que tener conocimientos generales sobre el mundo canino.

Es imprescindible, por ejemplo, saber que la comunicación del perro es no verbal. Ésta se realiza con gestos, actitudes, posturas. Del mismo modo, ese lenguaje será el que el perro entienda mucho más rápidamente de nosotros. Es decir, entenderá mucho más fácilmente lo que hacemos que lo que decimos, aunque posteriormente y por su capacidad de aprendizaje asociativo el perro unirá ambos conceptos 

Adiestrar, por su parte, es enseñar determinados ejercicios específicos mediante entrenamiento. Estos ejercicios facilitarán el proceso de educación de un perro. Es decir, el adiestramiento canino puede considerarse como una  herramienta que puede ser utilizada durante el proceso de educar un perro. Aunque se trate de una herramienta muy válida y útil, es opcional, nunca imprescindible. Podemos tener un perro adiestrado para el rastro de forma excelente, y eso no conlleva necesariamente a que el perro tenga un comportamiento ejemplar en casa y relaciones positivas con el entorno.

Lo primero que debemos aprender y llevar a cabo es la forma adecuada de educar a nuestro perro para posteriormente usar, si así lo deseamos, el adiestramiento canino durante el proceso educativo. De todos modos, y siendo repetitivos, si a un perro no lo educamos correctamente jamás conseguiremos  obtener un buen comportamiento basado únicamente en el adiestramiento canino.

Modificar conductas y comportamientos no deseados, como la agresividad, desobediencia, excesiva dominancia, destructividad, etc., basándose exclusivamente en el adiestramiento canino no tendrá muchas posibilidades de éxito.

Si tenemos un perro con mala conducta, que no obedece, empieza a trazar las pautas correctas para su educación canina. Si recurres a un educador canino, trata por todos medios de que las terapias y entrenamientos sean en casa, contigo, y con una educación tuya en ese campo que te permita mantener posteriormente la educación y comportamiento de tu perro. Si la educación se hace fuera del entorno del perro, por una persona extraña, seguro que el profesional conseguirá educar al perro, pero este sólo sentirá el control de su comportamiento en su presencia. Control que se perderá paulatinamente en su regreso a casa, y con él la vuelta al mal comportamiento.

Así que comencemos educando un perro desde el primer día y luego, si queremos, podremos empezar el proceso de adiestramiento.


lunes, 7 de abril de 2014

La torsión de estómago en el perro

Que no se "tuerza" su vida...


En este artículo a hablar de una de las enfermedades más temidas por propietarios de razas grandes de perros, la dilatación o torsión de estómago. Un problema que si no se detecta, y es tratado, a tiempo puede ocasionar la muerte del animal.

Perro intervenido por torsión gástricaLa predisposición mayor a esta enfermedad la tienen los perros de pecho profundo, aunque es cierto que potencialmente todas las razas pueden verse afectado por ella.

Podemos nombrar, como ejemplo, a razas como el Pastor Alemán, el Akita, el Rottweiler, el Bóxer, el Dogo Alemán, el Dóberman, el Pastor Belga, etc., como razas con mayores posibilidades de sufrir esta enfermedad.

¿Qué es la Torsión de Estómago?

La dilatación o torsión de estómago es una distensión aguda de éste en la que puede incluso llegar a doblarse sobre sí mismo. La unión del estómago, en el perro, es mediante dos ligamentos que, en ocasiones, pueden no ser lo suficientemente resistentes para sostenerlo. El movimiento, los saltos y la dilatación estomacal, producto de los gases que aparecen durante la digestión, pueden dar lugar a una mayor basculación del estómago. Si los ligamentos anteriormente citados no son lo suficientemente fuertes para controlar esa oscilación, el estómago puede llegar a torcerse sobre sí mismo. Nos encontraríamos ante una torsión gástrica.

Cuando esto sucede, el perro no puede descargar el contenido estomacal ya que éste se encuentra contraído en ambos extremos. En ese caso, comienza un aumento de la presión que puede provocar alteraciones en otros órganos poniendo en riesgo la vida del perro, ya que se interrumpe la circulación sanguínea en ambos sentidos del estómago.

Síntomas de alerta

La torsión de estómago es fácil de identificar, algunos síntomas de ésta pueden ser:
  • Intento de vómito sin éxito. Sólo expulsa saliva espumosa.
  • Hinchazón excesiva del abdomen, aumento de la tensión y dureza del mismo. Sonido similar a un tambor al palmearlo.
  • Inquietud y movimientos continuos con gimoteos y quejidos.
  • Eructos y/o convulsiones abdominales.

Si detectamos alguno de estos síntomas en nuestro perro, debemos de actuar con la mayor celeridad posible, llevándolo al veterinario de inmediato. Su estado empeorará rápidamente y en dos o tres horas puede sufrir un coma irreversible y la muerte.

Intervención veterinaria

El veterinario comenzará tratando de estabilizar al perro, mediante la administración de líquidos intravenosos. De forma paralela tratará de descomprimir el estómago mediante un lavado gástrico o una punción abdominal.
Tras esto, le intervendrá quirúrgicamente. La intervención, unión del estómago al colon reduciendo su movilidad, limitará riesgos de recaídas.
Posteriormente seguiremos sus consejos sobre los cuidados y atenciones que tendremos con el perro para evitar las complicaciones post-operatorias.

Prevención

Aunque no podemos hacer nada para descartar un episodio de dilatación o torsión gástrica de forma radical, lo que sí debemos hacer los propietarios de perros es hacer todo lo posible para disminuir las posibilidades, evitando en lo posible los factores de riesgo.
  • Evitar ejercicio físico considerable durante las tres horas posteriores a la comida y en la hora previa a la comida y/o bebida.
  • Evitar la ingesta copiosa de comidas. Si es posible, incluso, fraccionaremos su ración diaria a dos tomas.
  • En caso de una sola toma diaria, tratar de que sea mediante un alimento hidratado.
  • Evitar suministrarle comida en estados de estrés o excitación.
  • No suministrar ración/es a última hora de la noche.
  • Regular la cantidad de agua que tenga a su alcance si éste bebe mucha cantidad de forma regular.
  • Realizar los viajes en coche, si es posible, siempre en ayunas.
  • Vigilancia especial en casos de perros que ya hayan sufrido un episodio de torsión gástrica.



viernes, 4 de abril de 2014

¿Por qué eres el mejor amigo del hombre? I

Canelo, el perro de Cádiz


“A Canelo, que durante doce años esperó a las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2003”, dice una placa en su honor, en una calle contigua al hospital Puerta del Mar, la residencia para la mayoría de los gaditanos, donde Canelo escribió su historia al mundo.
Noticia en periódicos de todos los rincones, uno de ellos dijo “la vida de Canelo se escurrió por la estela dibujada con su lealtad, pero nos dejó lo único que nos podía dejar; un inolvidable mensaje de amor”.

Multitud de gaditanos aún le creen ver, aunque ya hace más de 10 años de su fallecimiento, echado como siempre en la puerta de la residencia sobre sus cartones, que eran su refugio, y esperando como siempre a su compañero.

Quizás no fuese Canelo el nombre con el que este le llamaba, pues ese se debe al personal del hospital, que le atendía a diario, y motivado por el color de su pelaje.

Canelo era el compañero de un vagabundo gaditano que acudía cada semana al hospital Puerta del Mar, donde se sometía a una diálisis para limpiar su riñones. 

Cada día, el compañero de Canelo le decía -espérame aquí que enseguida vuelvo, y allí permanecía Canelo, inmóvil y observando a todos los gaditanos/as que entraban y salían por aquellas puertas de cristales, hasta que la voz de su compañero, una vez de vuelta, le traía toda la felicidad que demandaba. Ya estaban de nuevo juntos hasta una nueva visita al hospital.

Pero un día eso no ocurrió. La salud de su compañero, de su amigo, estaba demasiado quebrada ya y en una de esas visitas tuvo que quedarse entre esas paredes ingresado. Le costó convencer al personal del hospital para que por favor comprobasen si su compañero, Canelo, seguía allí en la puerta. Y por supuesto, allí seguía, donde él le dijo que le esperase. Su dueño, su amigo, su compañero estaba allí dentro, él lo sabía y por eso nunca más de allí se movió.

Y así fue día tras día, semana tras semana, mes tras mes, y la vida de aquel hombre se fue apagando poco a poco, hasta que un día se extinguió por completo. Su existencia pasó ya a ser historia, menos para Canelo, quien aguardaba en la puerta su regreso.

Los gaditanos del lugar, pacientes, personal sanitario, comerciantes de la zona, etc., no pudieron más que abrir su corazón a la lealtad de Canelo, a la lección de amor que de forma gratuita ese perro estaba dando al mundo, y comenzaron a atenderle y cuidar, siempre con el máximo respeto y admiración.

Protagonista de un documental en la BBC, de tangos en el carnaval de Cádiz, de tributo en medio mundo. Incluso desde el otro lado del océano le enviaron una caseta canina para que pudiese al menos estar cobijado durante los extremos del clima gaditano, pero no pudieron colocársela ante la negativa del ayuntamiento. Al igual que lo era su compañero, Canelo tuvo que seguir siendo un "sin techo". Lo que nunca fue Canelo es un "sin amor".

El pueblo entero gaditano abrió su corazón a Canelo, al igual que muchos visitantes de la ciudad. Se le trató incluso de dar un hogar mediante adopciones, pero era imposible. Él no deseaba pertenecer a nadie más, porque tenía muy claro a quién pertenecía y allí deseaba estar. Se respetó ese deseo de Canelo siempre, por lo que tras dos intentos fallidos allí volvía él, a la puerta del hospital donde tenía que reunirse con su compañero.

Su historia aún tuvo otro episodio a subrayar. Un vecino, al que quizá un fuerte viento de levante le arrancó sus sentimientos, denunció a Canelo a las autoridades. No estaba de acuerdo con su presencia e incluso dijo que había atacado a su perro. Tras mediar denuncia, la perrera municipal no pudo más que cogerlo y llevárselo a sus instalaciones. El pueblo entero se movilizó y se echó a la calle y, apoyado por AGADEN (Asociación Gaditana para la Defensa de la Vida y el Estudio de la Naturaleza, consiguió que le devolviesen la libertad, pero esta vez con toda su documentación y vacunas en regla. Ahí paso a ser el perro de todos los gaditanos.

Doce años, permaneció en la puerta de ese hospital esperando a su compañero, hasta que un día quizás pudo oír de donde partía su voz, que le llamaba para reunirse con él. Bajo las ruedas de un coche, cuyo conductor ni siquiera paró a socorrerlo, Canelo partió a reunirse con su compañero el 9 de Diciembre del año 2.002.

Su lealtad, su amor, su fidelidad se han convertido en un himno y en un espejo en el que muchos deberíamos mirarnos.

Esta es, a grandes trazos, la historia de Canelo. Un perro que, sin llegar a verlo, una vez me hizo llorar.