lunes, 7 de abril de 2014

La torsión de estómago en el perro

Que no se "tuerza" su vida...


En este artículo a hablar de una de las enfermedades más temidas por propietarios de razas grandes de perros, la dilatación o torsión de estómago. Un problema que si no se detecta, y es tratado, a tiempo puede ocasionar la muerte del animal.

Perro intervenido por torsión gástricaLa predisposición mayor a esta enfermedad la tienen los perros de pecho profundo, aunque es cierto que potencialmente todas las razas pueden verse afectado por ella.

Podemos nombrar, como ejemplo, a razas como el Pastor Alemán, el Akita, el Rottweiler, el Bóxer, el Dogo Alemán, el Dóberman, el Pastor Belga, etc., como razas con mayores posibilidades de sufrir esta enfermedad.

¿Qué es la Torsión de Estómago?

La dilatación o torsión de estómago es una distensión aguda de éste en la que puede incluso llegar a doblarse sobre sí mismo. La unión del estómago, en el perro, es mediante dos ligamentos que, en ocasiones, pueden no ser lo suficientemente resistentes para sostenerlo. El movimiento, los saltos y la dilatación estomacal, producto de los gases que aparecen durante la digestión, pueden dar lugar a una mayor basculación del estómago. Si los ligamentos anteriormente citados no son lo suficientemente fuertes para controlar esa oscilación, el estómago puede llegar a torcerse sobre sí mismo. Nos encontraríamos ante una torsión gástrica.

Cuando esto sucede, el perro no puede descargar el contenido estomacal ya que éste se encuentra contraído en ambos extremos. En ese caso, comienza un aumento de la presión que puede provocar alteraciones en otros órganos poniendo en riesgo la vida del perro, ya que se interrumpe la circulación sanguínea en ambos sentidos del estómago.

Síntomas de alerta

La torsión de estómago es fácil de identificar, algunos síntomas de ésta pueden ser:
  • Intento de vómito sin éxito. Sólo expulsa saliva espumosa.
  • Hinchazón excesiva del abdomen, aumento de la tensión y dureza del mismo. Sonido similar a un tambor al palmearlo.
  • Inquietud y movimientos continuos con gimoteos y quejidos.
  • Eructos y/o convulsiones abdominales.

Si detectamos alguno de estos síntomas en nuestro perro, debemos de actuar con la mayor celeridad posible, llevándolo al veterinario de inmediato. Su estado empeorará rápidamente y en dos o tres horas puede sufrir un coma irreversible y la muerte.

Intervención veterinaria

El veterinario comenzará tratando de estabilizar al perro, mediante la administración de líquidos intravenosos. De forma paralela tratará de descomprimir el estómago mediante un lavado gástrico o una punción abdominal.
Tras esto, le intervendrá quirúrgicamente. La intervención, unión del estómago al colon reduciendo su movilidad, limitará riesgos de recaídas.
Posteriormente seguiremos sus consejos sobre los cuidados y atenciones que tendremos con el perro para evitar las complicaciones post-operatorias.

Prevención

Aunque no podemos hacer nada para descartar un episodio de dilatación o torsión gástrica de forma radical, lo que sí debemos hacer los propietarios de perros es hacer todo lo posible para disminuir las posibilidades, evitando en lo posible los factores de riesgo.
  • Evitar ejercicio físico considerable durante las tres horas posteriores a la comida y en la hora previa a la comida y/o bebida.
  • Evitar la ingesta copiosa de comidas. Si es posible, incluso, fraccionaremos su ración diaria a dos tomas.
  • En caso de una sola toma diaria, tratar de que sea mediante un alimento hidratado.
  • Evitar suministrarle comida en estados de estrés o excitación.
  • No suministrar ración/es a última hora de la noche.
  • Regular la cantidad de agua que tenga a su alcance si éste bebe mucha cantidad de forma regular.
  • Realizar los viajes en coche, si es posible, siempre en ayunas.
  • Vigilancia especial en casos de perros que ya hayan sufrido un episodio de torsión gástrica.



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