Algo que agradeceréis el resto de la vida
Para
conseguir un perro adulto dúctil y equilibrado, es básico que al cachorro se le
exponga a la mayor cantidad de estímulos posibles. Estímulos físicos,
ambientales y sociales deben ser una constante durante la fase de desarrollo
sensitivo del cachorro. Su personalidad y comportamiento tendrá mucho que
deberle a la socialización que reciba.
Según
vaya superando reto tras reto, el cachorro ganará en confianza y seguridad. Si
además premiamos esa superación suya, el éxito estará más cerca.
La
variedad en la exposición a estímulos ha de darse desde las primeras semanas de
vida hasta los 4 meses, más o menos. Posteriormente, y a modo de refuerzo de
todas estas situaciones, debemos seguir manteniendo estas prácticas hasta el
año de vida aproximadamente. Ya con esa edad el perro habrá llegado a su
madurez social.
Aquellos
perros que no hayan sido bien socializados cuando eran cachorros pueden
reaccionar posteriormente con miedo a situaciones y estímulos a los que no esté
acostumbrado, y ello puede desembocar en graves problemas de conducta,
incluyendo agresiones.
En este
punto también tenemos que considerar y hablar sobre el sistema inmunológico del
cachorro. Generalmente los veterinarios se oponen a que los cachorros mantengan contacto con
otros perros hasta que no hayan finalizado la primera fase de la vacunación, y
esto topa frontalmente con esa fase de desarrollo sensitivo.
Una
solución a este contratiempo puede ser planificar con tu veterinario la forma
más rápida de proteger a tu cachorro contra enfermedades.
No
vamos, desde este blog, a hablar de programas de vacunaciones concretos. Será
tu veterinario el que decida el más conveniente. No obstante, sí que es muy
importante dejarle claro que, para lograr la correcta socialización, busque el
que proteja a tu cachorro a una edad más temprana, sin perder con ello su efectividad.
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