Vincúlate a tu perro
Importancia,
definición, y pautas
Sociabilización,
educación, adiestramiento, etc., son términos ya conocidos por casi todas las
personas que conviven, directa o indirectamente, con perros. Además de ser
conocidos, un porcentaje altísimo de esas personas saben de la importancia que
tienen, para su desarrollo y equilibrio, la correcta aplicación de los mismos.
A menudo, cuando evaluamos un perro para
el que han solicitado nuestros servicios, presenciamos la ausencia del vínculo
recomendado entre ambos, sobre todo en la calle, donde el perro actúa de un
modo autónomo, completamente independiente a su guía.
¿Cuántas veces hemos presenciado a perros que tiran
incansablemente de la correa y oímos que el perro tiene en su cabeza el papel
de líder de la manada?. ¿Cuántas
veces vemos a perros que en el momento en que quedan sueltos de la correa se
alejan de su guía despreocupándose en todo momento de él?.
En muchas de estas
ocasiones, el perro busca delante lo que no espera junto a su guía, por
ausencia del vínculo necesario.
Antes de seguir hablando del vínculo guía / perro,
vamos a definir su significado según la R.A.E. (Real Academia de la Lengua).
Vínculo: Unión o atadura de un persona o cosa con otra.
Encontramos la palabra clave en su definición, unión.
La relación con nuestro perro es toda la vida, por
lo que resulta esencial conseguir ese vínculo con él. Como ocurre con el
vínculo entre personas, este debe asentarse en el entendimiento, la confianza,
la complicidad, el afecto, el respeto mutuo; y va mucho más allá que compartir un hogar y salir a la calle todos los
días. El vínculo debe comenzar a forjarse desde el primer instante que el perro
esté con nosotros.
Pautas para conseguir un vínculo correcto
-
Observación y Comunicación: Observa a tu perro en todo momento, él ya estará
haciéndolo contigo. Trata de conocer cómo se expresa, cómo manifiesta su estado
anímico, cómo se relaciona. Cada perro es un mundo y observarlo es básico para
conocerlo, para entenderlo. Aprende a comunicarte con él para que conozca
también nuestros distintos estados, cuando aprobamos su comportamiento, cuando
censuramos el mismo, etc.
-
Juegos: El juego es una excelente herramienta para afianzar nuestro vínculo con
el perro, puesto que se realizan mediante una directa interacción entre ambos.
Juega con tu perro, en casa y en la calle, y potencia con los juegos su
equilibrio, su autocontrol, y la canalización de su energía.
-
Recompensas: Muestra a tu perro lo orgulloso que estás de él cuando tiene
comportamientos deseados. Usa la
recompensa (caricias, juguetes, comida…) para confirmar esa conducta, aunque no
sea reclamada por nosotros. Por ejemplo, solemos recompensar al perro cuando
acude a nuestra llamada, pero solemos olvidarnos cuando él se acerca a nosotros
en la calle sin haberlo llamado previamente, ¿por qué?. El perro que espera
nuestra interacción, nuestro halago, en cualquier momento reduce su radio de acción respecto a nosotros en espacios abiertos.
De ese modo, además, fijaremos cada vez más su atención a nosotros en esos
momentos, evitando en parte la independencia que tendrían si no esperaran nada
de nosotros.
- Rutinas: Al
contrario que muchos humanos, los perros prefieren las rutinas en su vida,
conocer qué va a ocurrir en cada momento (comida, paseos, etc.). Estos automatismos eliminarán en parte su
incertidumbre, causante potencial de episodios de ansiedad y estrés en el perro.
- Guía:
El guía debe ser el apoyo del perro en todo tipo de situaciones, sobre todo en
las novedosas o desconocidas. Tu confianza, seguridad y determinación ha de ser
la suya. La función de guía va de la mano en su proceso de educación y/o
adiestramiento. La comunicación y entendimiento entre ambos aumentará con ello.
- Necesidades:
Alimentación, sociabilización, ejercicio físico, estimulación, y salud, son
necesidades básicas en el perro que tú debes cubrir y atender. Utiliza esa
demanda de necesidades para fijar el buen comportamiento, la ductilidad y el
equilibrio de tu perro, convirtiéndose en tu moneda de cambio.
No lo dudes,
vincúlate a tu perro desde el primer
momento.