Mostrando entradas con la etiqueta refuerzo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta refuerzo. Mostrar todas las entradas

lunes, 19 de mayo de 2014

El Adiestramiento en Positivo

¿Qué es realmente?


Antes de comenzar a desarrollar el contenido concreto del artículo, y para no tener que diferenciar más a lo largo del mismo, vamos a dejar el enlace a un post anterior de nuestro blog, donde hablábamos de las diferencias entre adiestrar y educar a un perro. Puedes verlo aquí.

Además, porque usaremos términos como refuerzos y castigos (positivos y negativos), dejaremos otro enlace más. En este caso se trata del último artículo de nuestro blog, donde hablábamos y definíamos estos. Puedes verlo aquí.

Cada vez son más los adiestradores / educadores caninos que tienen el eslogan Adiestramiento en Positivo en sus páginas web y distintas publicaciones comerciales, aunque en realidad, en un porcentaje altísimo de aplicación, se refieren realmente a educación canina. Lo que realmente se quiere decir con ello (Adiestramiento en Positivo) es el uso de la metodología del refuerzo positivo.

El refuerzo positivo es una herramienta magnífica para el proceso formativo de nuestro perro, ya sea adiestramiento o educación. Positivizar conductas es un excelente método para ayudarnos a fijar y perpetuar las mismas. Sin embargo, pensar que debe ser el único que deba utilizarse es otra cuestión muy distinta y, desde luego, sujeta a interminables debates entre sus defensores y sus detractores. Desde aquí vamos a exponer nuestro punto de vista particular al respecto.

¿Qué es el adiestramiento en positivo realmente?

En el segundo enlace que adjuntamos en este artículo, se definía con exactitud qué es el refuerzo positivo. Originalmente, el término en positivo se fijó para diferenciarlo completamente de las técnicas antiguas de adiestramiento y/o educación  canina, las cuales estaban basadas en la fuerza, el castigo y la sumisión absoluta del perro.

Hoy en día sigue sin existir unanimidad práctica en su uso, porque en muchos casos no existe el conocimiento pleno teórico de las distintas técnicas descritas en el segundo enlace. De hecho, en numerosas webs donde defienden el refuerzo positivo como la única metodología aplicable, se pueden ver contenidos gráficos (imágenes y vídeos) en los cuales no se aplican de forma exclusiva (pueden verse numerosos ejercicios con moldeamiento con correa). Por lo tanto parece más un lema que tiene mayor receptividad en potenciales clientes que buscan determinados servicios formativos y/o correctivos en sus perros.

Partiendo de su significado, el adiestrador /educador canino que sólo premia las conductas deseadas evitando cualquier estímulo negativo (refuerzo negativo y castigos de cualquier tipo) al perro, no realiza un proceso educativo completo, puesto que sólo fija parcialmente determinadas conductas, pasando por alto el compromiso y obligación de hacerlas. También se pasa por alto un aspecto esencial en el estado emocional de nuestro perro, como es el equilibrio.

Otros adiestradores / educadores caninos, más formados en nuestra opinión, aplican un adiestramiento y/o educación donde prevalece el bienestar del perro, evitando correcciones de conducta a través del castigo positivo. Sin embargo, el castigo negativo sí que está presente para corregir las conductas no deseadas (retirada del refuerzo positivo).

Exponer con claridad a nuestros clientes en qué se basará nuestro trabajo debería resultar esencial, y obligatorio, para que el cliente tenga el planteamiento correcto de la metodología de nuestros servicios. Es un error que el cliente crea que sólo se aplicarán estímulos positivos al perro (comida, caricias, juguetes, etc.), si luego se aplican otras técnicas como el refuerzo negativo, castigo positivo y castigo negativo.

Equilibrio emocional de nuestro perro

Antes mencionamos el equilibrio del perro como un aspecto al que no daríamos la verdadera magnitud y relevancia si sólo aplicamos en su proceso educativo el refuerzo positivo. En todo trabajo formativo del perro, junto a las conductas deseadas, el perro debe comenzar a adquirir la capacidad de gestión emocional que necesitará para ser un perro equilibrado y seguro en un futuro. Aunque en el proceso formativo queramos huir y separarle de todo estímulo negativo, su relación con el entorno le hará enfrentarse en numerosas ocasiones a situaciones que deberá resolver, negativas y estresantes. ¿Por qué entonces no queremos exponer al perro a saber gestionar los mismos, de forma gradual?. Su seguridad, confianza y equilibrio emocional aumenta con cada resolución de conflictos. La clave está en saber cómo, cuándo y por qué exponer al perro a esos conflictos, siendo clave para ello conocer el perro con el que trabajamos (carácter, edad, etc.), para conseguir con ello beneficiar al perro y no perjudicarle.

Sin querer desmerecer el empleo del estímulo positivo, es mucho más complicado saber aplicar perfectamente los estímulos negativos al perro.

Ayudemos pues a nuestros clientes. En primer lugar formándonos teóricamente sobre las prácticas que usamos. Y después explicando de forma detallada el desarrollo de nuestro trabajo, resaltando la importancia de cada tipo de estímulo en el perro.


lunes, 12 de mayo de 2014

Refuerzos y castigos en el adiestramiento y la educación canina

¿Un refuerzo negativo y un castigo positivo?


Cuando hablamos de la educación y/o adiestramiento del perro, estamos de lleno hablando de un aprendizaje conductista. Determinadas acciones de su conducta deben y/o pueden tener nuestra respuesta al mismo. Estamos, pues, ante la fórmula Acción = Reacción.
La palabra castigo es un término que puede preocupar al leerlo e incluso causar un rechazo en su aplicación cuando todo lo queremos llevar a una educación basada en refuerzos positivos (en un siguiente post, dedicaremos un artículo a estos). Ahora trataremos de explicar un poco más qué son estos refuerzos y castigos, así como sus posibles aplicaciones en lo que queremos desarrollar con nuestro perro, que no es más que un comportamiento deseado y equilibrado.
No es el espíritu de este artículo recomendar y/o descartar una u otra técnica. Cada educador/adiestrador canino seguro que sabe cómo desarrollar su trabajo para conseguir su objetivo, aunque este siempre debería hacerse desde el máximo respeto al perro, cuidando al máximo su integridad física y psíquica. La intención es que se conozcan un poco más determinados términos, relativos a la educación canina, que cada vez están más en boca de todos.
Está claro que no hay nada más reconfortante que la construcción de conductas a través del refuerzo positivo. Sin embargo hay una cosa que tenemos que tener muy clara cuando trabajamos la educación de un perro. Además de enseñarle cómo se hacen las cosas, el perro debe adquirir el compromiso a hacerlas, su obligación. Si no tenemos ese compromiso u obligación, su proceso educactivo no estará completo.
Por ejemplo. Una de las conductas que más se demandan cuando se solicitan los servicios de un educador canino es que el perro obedezca a la orden de llamada. Una llamada está terminada cuando el perro atiende a ella frente a cualquier estímulo instintivo que se le presente ante esta. Podemos enseñar al perro a que cada vez que le llamemos y venga le demos un trocito de su comida favorita (salchicha, pavo, queso…). Hasta ahí todo perfecto, lógico y además altamente recomendado. Creamos un incentivo positivo y práctico en nuestro perro para que lo relacione directamente con la ejecución de ese comando. Pero qué ocurre cuando el perro tiene un estímulo mayor a ese en el momento en que lo llamamos. Es fácil saber qué es lo que pasaría. Ahí, en ese momento, es cuando el perro, además del estímulo que hemos construido para acudir a nuestra llamada, debe asumir la obligación de hacerlo.
Una vez que se ha expuesto el ejemplo anterior, vamos a hablar ahora de lo que son los refuerzos y los castigos, divididos ambos, además, en positivos y negativos.
Un refuerzo es algo que se utiliza para reforzar una conducta. Es decir, para que esta se repita. Los castigos, en cambio, se utilizan para eliminar conductas que no deseamos.
Como dijimos antes, tanto los refuerzos como los castigos pueden dividirse en Positivos y Negativos. Ahora bien, ¿cómo pueden ser un refuerzo negativo y un castigo positivo?. Ahora trataremos de explicar todos ellos, con sus respectivos ejemplos de aplicación.
1.- Refuerzo Positivo: Cuando se ejecuta la conducta que estamos construyendo y/o demandando reforzamos positivamente. Damos algo al perro algo positivo como premio a su ejecución.
2.- Refuerzo Negativo: Cuando se ejecuta la conducta que estamos demandando, desaparece algo aversivo que estaba ocurriendo hasta que esta se produce.
3.- Castigo Positivo: Cuando el perro está haciendo algo que queremos eliminar de su comportamiento, le aplicamos una corrección que ocurre como consecuencia a esa conducta.
4.- Castigo Negativo: Cuando el perro realiza una acción que queremos eliminar en su comportamiento, le quitamos algo positivo que tenía, y que ahora deja de tener como consecuencia de esa conducta concreta.
A modo de resumen podemos considerar este pequeño esquema.

MÉTODO
OBJETIVO
ACCIÓN
Refuerzo Positivo
Perpetuar Conducta
Damos algo Bueno
Refuerzo Negativo
Perpetuar Conducta
Desaparece algo Malo
Castigo Positivo
Eliminar Conducta
Damos algo Malo
Castigo Negativo
Eliminar Conducta
Desaparece algo Bueno

Ejemplos típicos de esto podrían ser los siguientes:

- Refuerzo Positivo: El perro hace algo bueno, por ejemplo sus necesidades en la calle, y para premiarlo y mantenga esa conducta le damos su golosina favorita, alabamos con un muy bien su acción, etc.

- Refuerzo Negativo: Un perro tiene algo en la boca que queremos que suelte. Se levanta de la parte trasera para que la sorpresa haga que abra la boca y caiga lo que tenía. En ese momento volvemos a ponerlo en el suelo con sus cuatro patas.

 - Castigo Positivo: Un perro que está mordiendo un mueble de nuestra casa. En el mismo instante que lo está haciendo (dos segundos tardes ya no valdrá de nada), corregimos esa acción diciéndole NO, acompañado de un pequeño toque con el que logremos desviar su atención del mueble concreto.

- Castigo Negativo: Estamos jugando con nuestro perro, y fruto de su excitación comienza a morder nuestras manos. En ese momento detenemos el juego y nos retiramos de su lado. Es decir detenemos (quitamos) el juego que tanto le gusta.

Así podría entenderse, a grandes rasgos, lo que son los refuerzos y castigos, positivos y negativos, y cómo pueden aplicarse en la educación de nuestros perros.

La importancia de conocerlos es idéntica a la de saber cuándo, por qué y cómo utilizarlos.