lunes, 12 de mayo de 2014

Refuerzos y castigos en el adiestramiento y la educación canina

¿Un refuerzo negativo y un castigo positivo?


Cuando hablamos de la educación y/o adiestramiento del perro, estamos de lleno hablando de un aprendizaje conductista. Determinadas acciones de su conducta deben y/o pueden tener nuestra respuesta al mismo. Estamos, pues, ante la fórmula Acción = Reacción.
La palabra castigo es un término que puede preocupar al leerlo e incluso causar un rechazo en su aplicación cuando todo lo queremos llevar a una educación basada en refuerzos positivos (en un siguiente post, dedicaremos un artículo a estos). Ahora trataremos de explicar un poco más qué son estos refuerzos y castigos, así como sus posibles aplicaciones en lo que queremos desarrollar con nuestro perro, que no es más que un comportamiento deseado y equilibrado.
No es el espíritu de este artículo recomendar y/o descartar una u otra técnica. Cada educador/adiestrador canino seguro que sabe cómo desarrollar su trabajo para conseguir su objetivo, aunque este siempre debería hacerse desde el máximo respeto al perro, cuidando al máximo su integridad física y psíquica. La intención es que se conozcan un poco más determinados términos, relativos a la educación canina, que cada vez están más en boca de todos.
Está claro que no hay nada más reconfortante que la construcción de conductas a través del refuerzo positivo. Sin embargo hay una cosa que tenemos que tener muy clara cuando trabajamos la educación de un perro. Además de enseñarle cómo se hacen las cosas, el perro debe adquirir el compromiso a hacerlas, su obligación. Si no tenemos ese compromiso u obligación, su proceso educactivo no estará completo.
Por ejemplo. Una de las conductas que más se demandan cuando se solicitan los servicios de un educador canino es que el perro obedezca a la orden de llamada. Una llamada está terminada cuando el perro atiende a ella frente a cualquier estímulo instintivo que se le presente ante esta. Podemos enseñar al perro a que cada vez que le llamemos y venga le demos un trocito de su comida favorita (salchicha, pavo, queso…). Hasta ahí todo perfecto, lógico y además altamente recomendado. Creamos un incentivo positivo y práctico en nuestro perro para que lo relacione directamente con la ejecución de ese comando. Pero qué ocurre cuando el perro tiene un estímulo mayor a ese en el momento en que lo llamamos. Es fácil saber qué es lo que pasaría. Ahí, en ese momento, es cuando el perro, además del estímulo que hemos construido para acudir a nuestra llamada, debe asumir la obligación de hacerlo.
Una vez que se ha expuesto el ejemplo anterior, vamos a hablar ahora de lo que son los refuerzos y los castigos, divididos ambos, además, en positivos y negativos.
Un refuerzo es algo que se utiliza para reforzar una conducta. Es decir, para que esta se repita. Los castigos, en cambio, se utilizan para eliminar conductas que no deseamos.
Como dijimos antes, tanto los refuerzos como los castigos pueden dividirse en Positivos y Negativos. Ahora bien, ¿cómo pueden ser un refuerzo negativo y un castigo positivo?. Ahora trataremos de explicar todos ellos, con sus respectivos ejemplos de aplicación.
1.- Refuerzo Positivo: Cuando se ejecuta la conducta que estamos construyendo y/o demandando reforzamos positivamente. Damos algo al perro algo positivo como premio a su ejecución.
2.- Refuerzo Negativo: Cuando se ejecuta la conducta que estamos demandando, desaparece algo aversivo que estaba ocurriendo hasta que esta se produce.
3.- Castigo Positivo: Cuando el perro está haciendo algo que queremos eliminar de su comportamiento, le aplicamos una corrección que ocurre como consecuencia a esa conducta.
4.- Castigo Negativo: Cuando el perro realiza una acción que queremos eliminar en su comportamiento, le quitamos algo positivo que tenía, y que ahora deja de tener como consecuencia de esa conducta concreta.
A modo de resumen podemos considerar este pequeño esquema.

MÉTODO
OBJETIVO
ACCIÓN
Refuerzo Positivo
Perpetuar Conducta
Damos algo Bueno
Refuerzo Negativo
Perpetuar Conducta
Desaparece algo Malo
Castigo Positivo
Eliminar Conducta
Damos algo Malo
Castigo Negativo
Eliminar Conducta
Desaparece algo Bueno

Ejemplos típicos de esto podrían ser los siguientes:

- Refuerzo Positivo: El perro hace algo bueno, por ejemplo sus necesidades en la calle, y para premiarlo y mantenga esa conducta le damos su golosina favorita, alabamos con un muy bien su acción, etc.

- Refuerzo Negativo: Un perro tiene algo en la boca que queremos que suelte. Se levanta de la parte trasera para que la sorpresa haga que abra la boca y caiga lo que tenía. En ese momento volvemos a ponerlo en el suelo con sus cuatro patas.

 - Castigo Positivo: Un perro que está mordiendo un mueble de nuestra casa. En el mismo instante que lo está haciendo (dos segundos tardes ya no valdrá de nada), corregimos esa acción diciéndole NO, acompañado de un pequeño toque con el que logremos desviar su atención del mueble concreto.

- Castigo Negativo: Estamos jugando con nuestro perro, y fruto de su excitación comienza a morder nuestras manos. En ese momento detenemos el juego y nos retiramos de su lado. Es decir detenemos (quitamos) el juego que tanto le gusta.

Así podría entenderse, a grandes rasgos, lo que son los refuerzos y castigos, positivos y negativos, y cómo pueden aplicarse en la educación de nuestros perros.

La importancia de conocerlos es idéntica a la de saber cuándo, por qué y cómo utilizarlos.


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