¿Un refuerzo negativo y un castigo positivo?
Cuando hablamos de la educación y/o
adiestramiento del perro, estamos de lleno hablando de un aprendizaje
conductista. Determinadas acciones de su conducta deben y/o pueden tener nuestra
respuesta al mismo. Estamos, pues, ante la fórmula Acción = Reacción.
La palabra castigo es un término que
puede preocupar al leerlo e incluso causar un rechazo en su aplicación cuando
todo lo queremos llevar a una educación basada en refuerzos positivos (en un siguiente post, dedicaremos un artículo a estos). Ahora trataremos de explicar
un poco más qué son estos refuerzos y castigos, así como sus posibles aplicaciones en lo que queremos desarrollar con nuestro perro, que
no es más que un comportamiento deseado y equilibrado.
No es el espíritu de este artículo
recomendar y/o descartar una u otra técnica. Cada educador/adiestrador canino
seguro que sabe cómo desarrollar su trabajo para conseguir su objetivo, aunque
este siempre debería hacerse desde el máximo respeto al perro, cuidando al máximo su integridad física y psíquica. La intención es
que se conozcan un poco más determinados términos, relativos a la educación
canina, que cada vez están más en boca de todos.
Está claro que no hay nada más
reconfortante que la construcción de conductas a través del refuerzo positivo.
Sin embargo hay una cosa que tenemos que tener muy clara cuando trabajamos la
educación de un perro. Además de enseñarle cómo se hacen las cosas, el perro
debe adquirir el compromiso a hacerlas, su obligación. Si no tenemos ese compromiso u obligación, su proceso educactivo no estará completo.
Por ejemplo. Una de las conductas
que más se demandan cuando se solicitan los servicios de un educador canino es
que el perro obedezca a la orden de llamada. Una llamada está terminada cuando
el perro atiende a ella frente a cualquier estímulo instintivo que se le
presente ante esta. Podemos enseñar al perro a que cada vez que le llamemos y
venga le demos un trocito de su comida favorita (salchicha, pavo, queso…).
Hasta ahí todo perfecto, lógico y además altamente recomendado. Creamos un incentivo
positivo y práctico en nuestro perro para que lo relacione directamente con la
ejecución de ese comando. Pero qué ocurre cuando el perro tiene un estímulo
mayor a ese en el momento en que lo llamamos. Es fácil saber qué es lo que
pasaría. Ahí, en ese momento, es cuando el perro, además del estímulo que hemos
construido para acudir a nuestra llamada, debe asumir la obligación de hacerlo.
Una vez que se ha expuesto el
ejemplo anterior, vamos a hablar ahora de lo que son los refuerzos y los
castigos, divididos ambos, además, en positivos y negativos.
Un refuerzo es algo que se utiliza
para reforzar una conducta. Es decir, para que esta se repita. Los castigos, en
cambio, se utilizan para eliminar conductas que no deseamos.
Como dijimos antes, tanto los
refuerzos como los castigos pueden dividirse en Positivos y Negativos. Ahora
bien, ¿cómo pueden ser un refuerzo negativo y un castigo positivo?. Ahora
trataremos de explicar todos ellos, con sus respectivos ejemplos de aplicación.
1.- Refuerzo Positivo: Cuando se
ejecuta la conducta que estamos construyendo y/o demandando reforzamos
positivamente. Damos algo al perro algo positivo como premio a su ejecución.
2.- Refuerzo Negativo: Cuando se
ejecuta la conducta que estamos demandando, desaparece algo aversivo que estaba
ocurriendo hasta que esta se produce.
3.- Castigo Positivo: Cuando el
perro está haciendo algo que queremos eliminar de su comportamiento, le
aplicamos una corrección que ocurre como consecuencia a esa conducta.
4.-
Castigo Negativo: Cuando el perro realiza una acción que queremos eliminar en
su comportamiento, le quitamos algo positivo que tenía, y que ahora deja de
tener como consecuencia de esa conducta concreta.
A
modo de resumen podemos considerar este pequeño esquema.
MÉTODO
|
OBJETIVO
|
ACCIÓN
|
Refuerzo
Positivo
|
Perpetuar
Conducta
|
Damos
algo Bueno
|
Refuerzo
Negativo
|
Perpetuar
Conducta
|
Desaparece
algo Malo
|
Castigo
Positivo
|
Eliminar
Conducta
|
Damos
algo Malo
|
Castigo
Negativo
|
Eliminar
Conducta
|
Desaparece
algo Bueno
|
Ejemplos
típicos de esto podrían ser los siguientes:
-
Refuerzo Positivo: El perro hace algo bueno, por ejemplo sus necesidades en la
calle, y para premiarlo y mantenga esa conducta le damos su golosina favorita,
alabamos con un muy bien su acción, etc.
-
Refuerzo Negativo: Un perro tiene algo en la boca que queremos que suelte. Se
levanta de la parte trasera para que la sorpresa haga que abra la boca y caiga
lo que tenía. En ese momento volvemos a ponerlo en el suelo con sus cuatro
patas.
- Castigo Positivo: Un perro que está
mordiendo un mueble de nuestra casa. En el mismo instante que lo está haciendo
(dos segundos tardes ya no valdrá de nada), corregimos esa acción diciéndole
NO, acompañado de un pequeño toque con el que logremos desviar su atención del
mueble concreto.
-
Castigo Negativo: Estamos jugando con nuestro perro, y fruto de su excitación
comienza a morder nuestras manos. En ese momento detenemos el juego y nos
retiramos de su lado. Es decir detenemos (quitamos) el juego que tanto le
gusta.
Así
podría entenderse, a grandes rasgos, lo que son los refuerzos y castigos,
positivos y negativos, y cómo pueden aplicarse en la educación de nuestros perros.
La
importancia de conocerlos es idéntica a la de saber cuándo, por qué y cómo
utilizarlos.
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