"Dominemos" antes algunos conceptos
Hoy
en día, donde números programas de televisión ha creado a simples espectadores
en supuestos etólogos, adiestradores y/o educadores caninos, los términos
repetidos hasta la saciedad en los mismos se han instalado en cualquier conversación cotidiana entre propietarios caninos. Y lo
peor de todo es que a veces, incluso las técnicas y las acciones que se
realizan con los perros del show se
imitan en cualquier sitio y momento.
Hoy
queremos hablar de dos de esos vocablos, la agresividad y la dominancia.
Aunque
últimamente hay determinados focos del sector canino que niegan la existencia de dominancia perros, nosotros (basándonos en nuestras experiencias y contactos con numerosos perros de todas las edades) seguimos pensando que ha existido, existe y existirá, como
en cualquier animal que nace y se relaciona en manada. No obstante, sí que
conviene matizar un poco más su significado y su existencia en el mundo canino.
La
dominancia, como tal, no creemos que deba considerarse como una característica
intrínseca a un determinado individuo, en este caso perro, como puedan ser
otras, genéticas o desarrolladas. Sí que podemos hablar de perros con tendencia (predisposición) a tener una actitud dominante
en el entorno que le rodea. Pero esto se relativiza mucho porque toda relación
dependerá de más de un individuo. Y en cada una de estas puede aparecer un
nuevo invitado que asuma ese papel. Por
ejemplo, un perro con un comportamiento dominante sobre otro que convive con
él, puede actuar de modo sumiso cuando juega en un parque con otro distinto que
actúa como tal.

Por
regla general, el perro dominante de un determinado grupo es un perro tranquilo, observador y seguro, que no hace uso de la agresividad de forma arbitraria. Suele aparecer cuando él interpreta la acción de un individuo (perro y/o persona) un desafío a su rango.
Un gran porcentaje de casos de agresividad canina, no son más que la causa de una inexistente o defectuosa sociabilización de los mismos. La sociabilización de un perro, cuando es cachorro, es un proceso básico para el posterior desarrollo del mismo.
Un perro con ese déficit desconoce cómo debe relacionarse y comportarse, con
otros perros, con las personas, en su medio o entorno. La carencia de una
correcta sociabilización en el perro, en un porcentaje altísimo, desarrolla
inseguridad en el mismo. Es esa inseguridad la que muchas veces desemboca en sucesos de agresividad canina.
La
agresión canina es consecuencia de múltiples posibles factores, y deriva en una conducta amenazante y peligrosa del
animal a algún/os otro/s miembro/s de su entorno.
La
agresividad, derivada por el factor que sea, es una conducta que debe tratarse por
personal cualificado. Aunque sea un comportamiento usual entre los
miembros de una manada para regular vínculos, significa un grave problema
para la convivencia del perro con las personas y su relación con el entorno.
En una primera
clasificación, podemos enumerar dos tipos de agresividad en el perro. La Agresividad con causa física, que es aquella que es
ocasionada por dolor o enfermedad, y la Agresividad
sin causa física, que es
toda aquella donde no hay un motivo físico, mencionados anteriormente. Entre
estas últimas, se puede realizar una nueva clasificación según su origen.
Agresividad por Dominancia: Aparece cuando el
perro dominante de un grupo siente el desafío de otro miembro a su posición y
control. Diversas situaciones, con otros perros y con personas, pueden
transmitir al perro ese desafío y ocasionar una reacción agresiva en este.
Agresividad por Miedo:
Es la respuesta a un estímulo amenazante
para el perro. Aunque la amenaza no sea real e intencionada, el perro sí que la
considera como tal. Si ante esta el perro no consigue canalizar su miedo y
evitar el estímulo, se puede desarrollar una respuesta agresiva sobre el portador de la amenaza. El miedo puede
ser genético o desarrollado. Las razones de un desarrollo del miedo podrían ser el aprendizaje de respuestas de una madre miedosa, la nula o incorrecta socibilización, o la respuesta a injustos castigos.
Agresividad por Territorialidad: Este
tipo de agresividad aparece ante la presencia de una persona o animal, que no
es miembro de su manada, en su territorio.
También es común observarla cuando alguien ajeno se acerca a algún miembro de
su familia.
Se
podrían enumerar alguna otra causa más, pero porcentualmente estamos ante los
mayores motivos de agresividad canina.
Por
el amplio abanico de orígenes de una agresión, hablar de un método o terapia tipo para acabar la agresividad en los perros es imposible. Se debe realizar un exhaustivo análisis por medio de
especialistas, como ya mencionamos con anterioridad, para descubrir las causas de todo comportamiento agresivo. Una
vez seguros de haber dado con la misma, aplicar la terapia específica y
personalizada para cada perro.
Estos
especialistas, debido a la primera clasificación de causas de las agresiones
(físicas y no físicas), serán los veterinarios y educadores/etólogos caninos.
Pero
debes tener claro algo muy importante. Toda agresividad puede corregirse.